Hacía un siglo que no se veía una receta de
muffins por este blog. Bueno, tanto como un siglo no, pero sí dos años desde que publiqué estos de
manzana, miel y almendras. Y no sé por qué ha sido, ya que es uno de los dulces que más nos gustan en casa y quizá de los más "fáciles de comer" puesto que no suelen ser pesados y combinan genial con un café o un té en desayunos y meriendas.
Como ya tenía ganas de volver a hornear un clásico como este, me puse a rebuscar entre mi cacharrería repostera el que fue el primer molde que compré hace años, cuando empecé en este mundillo. Junto a él encontré también un montón de cápsulas coloridas y con diversos estampados que en su momento compré pensando que nunca me cansaría de preparar los famosos
cupcakes (cosa que sí sucedió). Y es curioso como cambian los gustos de una, hace unos años me moría por conseguir esas cápsulas con corazoncitos, lunares y estampados de vaca y leopardo y ahora prefiero las clásicas blancas de toda la vida ya que me da la sensación de que las primeras, le quitan protagonismo a lo que hay dentro. ¿Soy la única a la que le pasa?
Volviendo a la receta, en esta ocasión, he decidido "re-estrenarme" con estos muffins de
mascarpone, limón y arándanos. Frescos, ligeros, esponjosos, muy sabrosos. Te gustarán seguro...