lunes, 24 de noviembre de 2014

Banana bread de espelta con avellanas



Últimamente en este blog se ven recetas con plátano con cierta frecuencia y aunque es una fruta que me gusta, tampoco puedo decir que sea de mis favoritas. Pero si hay algo que me de rabia en esta vida es que se me estropee comida y tener que tirarla. Y el plátano es tan delicado, que como te olvides unos días de él en el frutero se pone pocho y poco apetecible pero a la vez, ideal para usarlo en un bizcocho, porque es ese punto de exceso de madurez el que aporta un sabor delicioso.
Así que otra semana me vi con unos plátanos feuchos y buscando en mis libros de repostería, encontré una receta de banana bread con toques nórdicos a la que le di yo también mi toque con unas avellanas.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Bizcocho de calabaza y nutella

Cuando hace unas semanas leí en la prensa que se temía por la producción de nutella  a causa de la escasez de avellanas, algún sensor de "peligro-peligro" debió activarse en mi cerebro, porque desde ese momento, como más nutella que nunca. Casi me da igual cómo y cuándo; a cucharada limpia a media tarde, con pan cuando me despierto después de un turno de noche o sobre una galleta a media mañana. Creo que esto es un claro ejemplo de supervivencia...o eso me digo a mi misma cuando me invade un sentimiento de culpa al ver que me he comido medio bote. Y todo eso se une a que mi cerebro no deja de maquinar  recetas con nutella, unas más exóticas, otras más clásicas, pero todas con un denominador común: esta deliciosa crema de cacao y las " casi extinguidas" avellanas. 
Y como de todas las crisis siempre se saca algo positivo, de esta sale este bizcocho, del que quizá sea uno de los últimos botes de nutella del mundo (escribo con los ojos llenitos de lágrimas) y de una calabaza que sobrevivió al último Halloween.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Pastéis de Belém (pasteles de nata portugueses)

Una de las nuevas aficiones que he adquirido desde que tengo el blog es la de hacer (o tratar de hacer) ingeniería repostera inversa. Algo así como probar un postre en un restaurante o cualquier otro sitio y tratar de encontrar qué ingredientes lleva para sacar la receta y prepararlo en casa. Soy consciente de que mis papilas gustativas necesitan un entrenamiento exhaustivo para llegar a "clavar" la receta, pero lo intento y poco a poco voy mejorando la complicada técnica.
En mis vacaciones de este año estuve unos días recorriendo Portugal y fue en Lisboa donde tuve el placer de probar sus famosos pasteles de nata o "pastéis de Belém". Unos pastelitos que a pesar de no ser visualmente muy atractivos y ser simplemente un hojaldre relleno de crema. me conquistaron a la primera pasando a mi particular "top ten" de delicias dulces.  Desde que probé el primer bocado (tras hacer, religiosamente y como buena turista, una cola de muchos minutos para entrar a la famosa pastelería del barrio de Belém) ahí estaban mis papilas gustativas, catando y escrutando para poder prepararlos después en casa. Pero afortunadamente, son muchos los blogs que han publicado su receta y después de comparar varias y quitarme de la cabeza lo de hacer experimentos extraños guiándome por lo que me dictasen mis caprichosas papilas gustativas, aquí están estos deliciosos pastelitos de nata.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Brownie con calabaza y galletas speculoos

Después de la tarta de chocolate con buttercream de merengue suizo de naranja de la semana pasada y aunque parezca mentira, me quedé con ganas de más chocolate. Y con la necesidad de preparar algo muy cargado de chocolate, lo suficiente como para que nos duelan las muelas después de comerlo o para que los ojos nos hagan chiribitas y se nos salten lagrimones como chorizos, me acordé de que en este blog no hay ni una receta de brownie. Sí señores, han leído bien ¡ni una sola receta de brownie! Pero ¿cómo es posible que nadie me haya avisado de ello? Ni un comentario diciéndome "Yaiza ¿qué recetario es este que no hay ni una receta de brownie?" Pues ya está resuelto y bien resuelto porque este brownie tiene el poder de que olvidemos ese "pequeño incidente bloguero", nuestro nombre, dónde estamos y entremos en un estado de nirvana con cada mordisco...
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