Últimamente en este blog se ven recetas con plátano con cierta frecuencia y aunque es una fruta que me gusta, tampoco puedo decir que sea de mis favoritas. Pero si hay algo que me de rabia en esta vida es que se me estropee comida y tener que tirarla. Y el plátano es tan delicado, que como te olvides unos días de él en el frutero se pone pocho y poco apetecible pero a la vez, ideal para usarlo en un bizcocho, porque es ese punto de exceso de madurez el que aporta un sabor delicioso.
Así que otra semana me vi con unos plátanos feuchos y buscando en mis libros de repostería, encontré una receta de banana bread con toques nórdicos a la que le di yo también mi toque con unas avellanas.