Cuando nos emancipamos, una de las cosas que más preocupan a nuestros padres es si seremos capaces de valernos por nosotros mismos en varios aspectos de la vida diaria y entre ellos está la cocina.
Yo me fui de casa sabiendo cocinar poco más que una tortilla francesa, algo de pasta con la que había experimentado en algunas vacaciones con amigas y poco más. Pero desde un principio, me propuse no tirar de los tupper de la abuela para no morir de hambre y me aficioné a páginas como "Directo al paladar" y a Canal Cocina. Tres años después, muchas tortillas "deconstruídas", varios bizcochos quemados, algún que otro arroz pasado y varios cortes en los dedos y quemaduras, tengo un blog de cocina.
Así que todos aquellos que sufrieron pensando en si me alimentaba bien o no, viendo y catando todas estas cosas pueden respirar tranquilos.
Estos gofres con pistachos y tan bien y sanamente acompañados de fruta son el ejemplo de lo bien que empiezo el día, desayunando como una reina...