Al final no he podido resistirme y he empezado a preparar postres fresquitos a pesar de que el tiempo no acompaña demasiado. Reconozco que se me van los ojos cuando veo alguna receta de helado, polos, sorbetes o mousse en los libros o blogs que visito. Y aunque mientras me como cualquiera de estas delicias fresquitas, me da una tiritona monumental acompañada por una castañeteo de dientes que se oye a metros, lo disfruto muchísimo (eso se llama masoquismo reposteril ¿no?)
La de hoy es una receta que lleva en mi lista de pendientes mucho tiempo, un postre fresquito, dulce pero a la vez con un sabor a cítrico muy rico y también de textura muy cremosa.