Con el verano a la vuelta de la esquina y el calor instalado en esta bendita isla hasta noviembre, empiezan a apetecer recetas más ligeras y frescas. Algo que puedas tomar cuando llegas de la playa sedienta y hambrienta...¿o soy la única a la que ir a la playa le da un hambre voraz?.
Y si además llevan algo de vitaminas que nos ayuden a broncearnos para lucir esos vestidos de lino que tenemos en el armario y esa ropa blanca tan mona, sin que parezca que nos estamos mimetizando con la prenda, ¡mejor!.
Mi "operación bronceado verano 2013" ha comenzado hace unos días. Zumo de zanahoria, beber mucha agua y cremas para tener la piel hidratada y ratitos de playa cuando puedo. Aquí es donde encuentro una de las ventajas de trabajar a turnos y es que poder ir a la playa entre semana, cuando casi no hay nadie, no tiene precio.
La receta de hoy lleva algo de mandarina, aunque no es su ingrediente principal, y es bastante probable que de aquí en adelante casi todas las recetas que publique, llevarán algo de fruta.