lunes, 10 de noviembre de 2014

Pastéis de Belém (pasteles de nata portugueses)

Una de las nuevas aficiones que he adquirido desde que tengo el blog es la de hacer (o tratar de hacer) ingeniería repostera inversa. Algo así como probar un postre en un restaurante o cualquier otro sitio y tratar de encontrar qué ingredientes lleva para sacar la receta y prepararlo en casa. Soy consciente de que mis papilas gustativas necesitan un entrenamiento exhaustivo para llegar a "clavar" la receta, pero lo intento y poco a poco voy mejorando la complicada técnica.
En mis vacaciones de este año estuve unos días recorriendo Portugal y fue en Lisboa donde tuve el placer de probar sus famosos pasteles de nata o "pastéis de Belém". Unos pastelitos que a pesar de no ser visualmente muy atractivos y ser simplemente un hojaldre relleno de crema. me conquistaron a la primera pasando a mi particular "top ten" de delicias dulces.  Desde que probé el primer bocado (tras hacer, religiosamente y como buena turista, una cola de muchos minutos para entrar a la famosa pastelería del barrio de Belém) ahí estaban mis papilas gustativas, catando y escrutando para poder prepararlos después en casa. Pero afortunadamente, son muchos los blogs que han publicado su receta y después de comparar varias y quitarme de la cabeza lo de hacer experimentos extraños guiándome por lo que me dictasen mis caprichosas papilas gustativas, aquí están estos deliciosos pastelitos de nata.

Pequeñitos, crujientes y cremosos. Con el dulzor justo y necesario para no empalagar y poder comernos un par. 
Para la base de hojaldre no me he complicado la vida y he usado de supermercado, que está también muy bueno. Y el relleno, como decía unas líneas más arriba, no es más que una crema a base de nata, azúcar y yema de huevo, aromatizada con piel de limón. Están muy ricos un poco churruscaditos, tibios y espolvoreados con canela y azúcar glas.
La receta está inspirada en la de un blog portugués que sigo hace un tiempo y recomiendo a todo el mundo, "Pratos e travessas". Es tan rica y a la vez tan sencilla y rápida que vas a tener ganas de preparar varias docenas de pastelitos una de estas tardes y hacer temblar a las mismísimas monjas del convento lisboeta de Los Jerónimos. ¿La vemos?

Receta de pasteis de Belem

Ingredientes para unos 14-16 pasteles

  • 2 láminas de hojaldre
  • 400 ml de nata con un 35% materia grasa (para montar)
  • 100 ml de leche
  • 8 yemas de huevo L
  • 200 g de azúcar blanca
  • 2 cucharadas de maicena
  • la piel de un limón
  • Canela y azúcar glas para espolvorear (opcional)


Preparación

  1. Engrasamos una bandeja o dos para muffins. Con un cortador de galletas circular de unos 10 cm de diámetro o un vaso cortamos el hojaldre (que tendrá que estar bien frío para que no pierda la forma) y lo ponemos en el molde. Será la base de nuestros pasteles. Reservamos en la nevera.
  2. Para preparar la crema, batimos en un bol el azúcar con las yemas. Añadimos la nata, la leche y la maicena y mezclamos bien. 
  3. Ponemos la mezcla a fuego medio-alto con la piel del limón, y sin dejar de remover calentamos unos 8-10 minutos. Retiraremos en el momento que empiece a hervir o cuando veamos que empieza a ser más espesa. Dejamos que se temple.
  4. Precalentamos el horno a 250º. Cuando la mezcla esté a temperatura ambiente, retiramos la piel del limón y sacamos el hojaldre de la nevera. Llenamos los moldes 2/3 de su capacidad y horneamos unos 15 minutos a 250º o hasta que la superficie esté bien dorada.
  5. Dejamos enfriar sobre una rejilla y desmoldamos. Podemos comerlos calentitos o fríos y si los espolvoreamos con azúcar glas y canela, estarán más ricos aún.
¿Un pastelito? o mejor ¿una docena?
Esta semana he hecho las fotos a contraluz suave, que como ya saben, es un tipo de luz que me gusta mucho para tratar de recrear un desayuno. He puesto todo sobre una sábana blanca, para cambiar un poco y darle descanso a los tablones de madera. Los reflectores plateados (un parasol de coche y un reflector de verdad) los he puesto en ambas esquinas para captar la mayor luz posible. 
En cuanto a los cacharrillos, me he decantado por tonos pastel para dar suavidad a la imagen y también he aprovechado el molde para hacer unas fotos diferentes.
¿Qué les ha parecido? ¿Se animan a prepararlos?. En casa fueron un éxito total y no duraron nada.
La semana que viene vuelvo con nueva receta para seguir endulzando las tardes de otoño (¡qué romántico me ha quedado esto último!). Muchos besos y ya saben que nos vemos durante la semana en las redes sociales.

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