Las galletas de queso mascarpone y limón que he preparado para el post de esta semana son un claro ejemplo de todo lo dicho. Las preparas es un abrir y cerrar de ojos, les pones la cantidad de limón que te guste y tienes la posibilidad de cambiar el queso mascarpone por ricotta o philadelphia si te apetece. Adaptadas al paladar de cada uno. Para los que se estén preguntado si saben a queso, no, en absoluto saben a queso. El efecto que les aporta este ingrediente es una textura que se asemeja a un bizcocho, blanditas, muy suaves.
Receta de galletas de tarta de queso mascarpone y limón
Ingredientes para unas 20-24 galletas
- 200 g de azúcar blanca
- ralladura de 2 limones
- 58 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 1 huevo L
- 200 g de queso mascarpone
- 1 cucharada de limón en pasta (opcional)
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 155 g de harina todo uso
- 1/2 cucharadita de levadura
Para el glaseado
- 200 g de azúcar glas
- 2-3 cucharadas de zumo de limón
- ralladura de limón (para decorar)
Preparación
- Preparamos un par de bandejas de hornear con papel de horno.
- En el bol de la batidora, ponemos el azúcar con la ralladura de limón y mezclamos con los dedos para que el azúcar se impregne bien con el limón. Añadimos la mantequilla y batimos hasta que quede cremoso.
- Añadimos el huevo sin dejar de batir. Ponemos el queso mascarpone con el limón en pasta y el zumo de limón y seguimos batiendo hasta obtener una mezcla homogénea.
- Por último, añadimos la harina y la levadura tamizadas y mezclamos con una espátula. La masa es poco manejable por lo que lo mejor es meterla un par de horas en la nevera.
- Precalentamos el horno a 175º. Sacamos la masa de la nevera y vamos formando bolitas que dispondremos sobre las bandejas forradas con papel de hornear. Horneamos unos 15 minutos a 175º o hasta que veamos que empiezan a dorarse.
- Una vez horneadas y frías, preparamos el glaseado para lo cual mezclamos en un bol el azúcar glas tamizado y vamos añadiendo zumo de limón hasta obtener un glaseado de consistencia parece a la pasta de dientes. Podemos hacerlo más o menos líquido pero si lo dejamos espeso, la capa que se formará sobre la galleta será crujiente y más deliciosa. Decoramos con un poco de ralladura de limón.
El glaseado de limón que llevan por encima consiguen potenciar el sabor y darles un toque crujiente por fuera ya que como ya dije, por dentro son muy blanditas. En casa las hemos comido con trocitos de fresa ya que la combinación de esta fruta con el limón nos encanta. También puedes untarles un poquitín de queso mascarpone e incluso mermelada de fresas...
Se conservan bastante bien unos 3-4 días en un bote y en nevera aguantan bien un poco más e incluso frías tienen un toque refrescante que me ha sorprendido y gustado bastante.¿Se animan a prepararlas en casa? Prometo que merece la pena.
Espero que les haya gustado la receta. Nos vemos el lunes que viene con más dulce y durante la semana en las redes sociales.
Yaiza